Algunas
veces, enamorarse no es la mejor opción, porque supone emprender un doloroso
camino, pero ¿quién es dueño de sus sentimientos?
Fran está casado y Mary arrastra una
existencia que aborrece, ambos viven en mundos completamente distintos y solo
tienen en común la atracción que surgió entre ellos durante sus fugaces
encuentros.
¿Será suficiente el amor – solo
el amor
–,
para
unir algún día sus destinos?
Orgullosa Mary es una novela urbana y contemporánea,
a veces trágica, en ocasiones erótica, donde el juego de los sentimientos y las
peripecias personales de sus personajes marcan el ritmo de la trama. Una novela
de amor, sí, pero también cruda, para lectores curtidos en las relaciones
difíciles.
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A modo de presentación y como anticipo de todo lo que viene
después, aquí dejo algunos párrafos del primer capítulo.
LA CENA
Estaban sentados alrededor
de la mesa en el pequeño restaurante, como todos los primeros viernes de cada
mes desde hacía ya casi cuatro años. Sólo que en esta ocasión la mesa era algo
más pequeña porque faltaban Paula y Daniel y, lógicamente, la conversación
giraba alrededor de ellos. La mente de Fran, sin embargo, vagaba muy lejos de
allí; no podía dejar de pensar en Mary.
— Por supuesto que hemos hecho bien no invitándolos a cenar, ya
podéis imaginar qué situación tan violenta — dijo Sandra sosteniendo una copa
de vino blanco en la mano y mirando a los demás por encima de ella, como
retándolos a que le llevaran la contraria. Fran apenas miró a su mujer y guardó
silencio, tenía motivos para hacerlo.
— ¿No estás de acuerdo cariño? — insistió ella, y él se vio
obligado a enfrentarse a sus ojos azules, su rostro agradable aunque quizá
demasiado vehemente y su cabello rubio, corto
y puntiagudo. Con cincuenta años Sandra continuaba siendo una mujer
atractiva, de aspecto juvenil a pesar de la seriedad de sus rasgos.
— Sabes que no — dijo intentando evitar que su tono resultara
demasiado condescendiente, aunque sí firme y, por supuesto, razonable — no
puedo estar de acuerdo porque Paula y Daniel siguen siendo nuestros amigos
aunque se hayan divorciado. Además lo han hecho civilizadamente y podrían estar
aquí esta noche; aunque eso sí… ¡uno en cada extremo de la mesa! —. Terminó la frase
con una discreta carcajada y se apresuró a buscar entre los demás algún signo
de complicidad con su ironía.
Pero Sandra se anticipó a todos.
— El bueno de Fran y su
noble sentido de la amistad — dijo —, por supuesto.
En realidad, amistad no era
una palabra totalmente adecuada para la situación. Ellas sí eran amigas desde
hacía unos años, aunque al principio solo fueron compañeras de trabajo, porque
tanto Sandra como Elena y Laura, y también la ausente Paula, pasaban muchas
horas juntas en el mismo departamento del ayuntamiento de Madrid. De hecho,
habían empezado saliendo solas a cenar algunos viernes. Una noche de chicas,
sin la menor intención de hacer ninguna locura más allá de beber alguna copa,
desinhibirse un poco y charlar sin
tapujos en un entorno de confianza hasta las tantas de la madrugada. Todas
estaban de acuerdo en que suponía una experiencia muy gratificante, y
liberadora.
Orgullosa Mary es una historia que me dejó un poso de vidas al descubierto. Me atrapó la propuesta del autor y me metí en el mundo de un grupo de amigos. El amor o lo que sea está escrito de muchas maneras.
ResponderEliminarConocí al autor en la casa del libro de xanadú y me dije: -voy a darle una oportunidad.-
Buena lectura...